Los juguetes de Andy se encuentran en un incinerador del vertedero, a unos segundos de la muerte. “¿Qué hacemos?”, Clama Jessie a Buzz, quien, después de una breve pausa, extiende suavemente su mano a la vaquera. Uno por uno, los juguetes se toman de las manos. Se dan cuenta de que si estos eran sus últimos momentos, por lo menos cumplirían su destino juntos. Cualquier otra película habría tenido a los personajes gritando por su vida hasta que fueran rescatados, pero Pixar utiliza esto como una oportunidad para contemplar la aceptación de la muerte.
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